miércoles, 5 de diciembre de 2012

La odisea ambulante: Crisis social de Cúcuta



Una lucha constante entre vendedores ambulantes y la fuerza policial de la ciudad de Cúcuta ha creado caos en el centro de la ciudad, debido al Decreto 0672 del 30 de Noviembre de 2012, en el que  la alcaldía municipal exige a los vendedores ambulantes retirarse de la vía pública.

Donamaris Ramirez Paris actual alcalde de la ciudad de Cúcuta en Norte de Santander abanderó su campaña con la promesa de 20 mil casas de interés social  para las personas más necesitadas de la ciudad, bajo el slogan de "Tener casa propia sí se puede"  pedía que después de interminables filas firmaran una planilla en la que se “aseguraba” que esa persona sería beneficiario del inmueble. Pero lo cierto es que tras de un año y más de 106 mil votos para ser elegido, no se ha visto ni una pared de dichas casas.

La mayor cantidad de personas que se inscribieron son vendedores ambulantes y trabajadores independientes que buscan ganar su sustento del día a día. Irónicamente, son los que ahora son perseguidos, maltratados y “correteados” por quienes deberían proteger sus derechos: La policía.

Además Ramírez París fue demandado por una presunta inhabilidad en el momento de su elección, por un presunto parentesco con  Carlos Eduardo Ramírez Quintana, quien se desempeña como intendente regional de la Superintendencia de Sociedades. Además, también por El concejal Pedro de Jesús Durán Barajas quien le dio a la procuraduría un audio en el que presuntamente Ramirez Paris dice que debe darse 20 millones a cada miembro del consejo, para que se incluyan terrenos rurales en el Programa de Metrovivienda.

A partir que entró en vigencia el Decreto 0672 “Por el cual se garantiza la preservación  y conservación de la tranquilidad ciudadana y el orden público, en el Municipio de San José de Cúcuta y se dictan otras disposiciones” lo que menos han tenido los cucuteños es tranquilidad y protección, varias calles cerradas en plena hora pico por enfrentamientos contra policías, transeúntes en medio de gases lacrimógenos y vendedores enfurecidos, sin mencionar que  los asaltos y la violencia han aumentado considerablemente.

Foto tomada el día 05 de Diciembre del 2012, en la calle 9 con Av 5

La inconformidad de cientos de vendedores ambulantes frente a la manera hostil en que los policías de la ciudad maltratan su mercancía y productos, han generado fuertes manifestaciones en el centro, ocasionando daños materiales a varios establecimientos.

“Hemos protestado de una manera pacífica, pero ellos, la policía viene y golpea  mujeres embarazadas y niños…hace unos días me fueron a quitar la mercancía yo, me tocó que lanzar un espejo y casi corto a un policía, no había vendido nada, no había almorzado y yo pienso que tengo allá unos niños y tengo un bebé” dice Helena Sepúlveda, una vendedora ambulante.


El mismo alcalde que les prometió casa, ahora les quita su trabajo.


El diálogo y la concertación con los sindicatos y asociaciones de vendedores informales y la alcaldía no ha traído buenos resultados. 

En un principio, varios de ellos aceptaron trasladarse de los andenes en los que muchos llevan más de una década vendiendo, a un nuevo sector ubicado en las instalaciones de la Nueva Sexta, en Cenabastos, pero la realidad de la ciudad es otra, las personas no están acostumbradas a ir hasta Cenabastos (por la distancia) y los vendedores se han visto afectados económicamente.

Otros han sido instalados  en el Parque Lineal, pero este ha sido sector de indigentes y consumidores de drogas, que ahuyentan a los pocos compradores y transeúntes que se acercan a la zona, lo cual ha hecho que los vendedores ambulantes vuelvan a su antiguo lugar de trabajo: el andén.

Que no nos ubique por allá en un botadero donde no se pueda vender nada” son palabras de Clara Nieto otra vendedora que asegura que la nueva zona en el centro no es factible, además dice que “A nosotros nos llevo con  el cuento de que nos iba a ubicar en el parque lineal con unas carpas, mentiras, puras mentiras no llega nadie a comprar,  nadie llega porque les da miedo la gente que mete vicio ¿entonces para qué nos va a llevar por allá?”


Helena Sepúlveda, madre cabeza de familia y vendedora ambulante.

Otro método de la alcaldía fue otorgar un permiso carnetizado para laborar en determinadas zonas del centro, presuntamente se les cobró a los vendedores ambulantes la suma de $10.000 pesos por dicho carnet, ”por el derecho a que no los corran” pero aún así los policías les impiden seguir vendiendo. Así asegura Plutarco Plamas que:

“No nos dejan trabajar. De nada sirve, sacamos los carnet y no nos dejan trabajar”


Plutarco Plamas, vendedor ambulante.


La legalidad del problema


El alcalde es según el Art 39 del código Nacional de Policía, Jefe de Policía y máxima autoridad Policiva en el municipio, y está por tanto facultado legalmente para tomar medidas policivas reglamentando y estableciendo el uso de las vías públicas en épocas decembrinas.

No pueden “existir” obstáculos que impidan el uso adecuado del espacio público y  del suelo urbano; así se deduce de lo establecido en el Artículo 82 de la Constitución Política, y para tal fin se puede acudir a las Acciones Populares que  consagra el Artículo 88 de la Constitución.

Así, una vía pública no puede obstruirse privando a las personas del simple tránsito por ella, pues semejante conducta atenta contra la libertad de locomoción de la mayoría de los habitantes y lesiona el principio de prevalencia del interés general, además de que constituye una apropiación contra el derecho del espacio público, esto es, un verdadero abuso por parte de quien pone en práctica el mecanismo de cierre. No pueden tampoco ocuparse los andenes – que son parte de la vía pública – ni las áreas de circulación peatonal
espacios que se hayan reservados para el tránsito de toda persona, sin interferencias ni obstáculos como, por ejemplo, estacionamiento de vehículos y levantamiento de casetas de vendedores ambulantes. Tampoco puede invadirse el espacio público con materiales de construcción o exhibiciones de muebles o mercaderías, ni con la improvisación de espectáculos u otra forma de ocupación de las calles, claro está sin detrimento de las libertades de trabajo, empresa y reunión, las cuales deben ejercerse de tal forma que no
lesionen otros derechos y de conformidad con las restricciones que impone el
ordenamiento urbano a cargo de las autoridades municipales.

Las Autoridades tendrán que hacer lo que esté a su alcance para lograr reubicar a los vendedores  a quienes con anterioridad se les había permitido ocupar parte del espacio público, en sitios donde puedan desarrollar su actividad de manera permanente, sin el temor de ser desalojados, donde puedan ofrecer sus mercancías con las mínimas garantías de higiene y seguridad y donde no causen perjuicio a la comunidad en general.” (Subrayado
por fuera del texto) (Sentencia T-372 de 1993. M. P. Jorge Arango Mejía).

Lo anterior supone, en consecuencia, que cuando una autoridad local se proponga recuperar  el espacio público ocupado por vendedores ambulantes titulares de licencias o autorizaciones concedidas por el propio Estado, deberá diseñar y ejecutar un adecuado y razonable plan de reubicación de dichos vendedores ambulantes, de manera que se concilien en la práctica los intereses en pugna.(1)


Una realidad social latente


La taza de desempleo nacional ha aumentado y en épocas navideñas las personas requieren más dinero, muchos productos suben y el salario mínimo no alcanza para todo.

Ancianos, madres y padres cabezas de familia, desplazados y desempleados, son las personas que integran al sector informal de vendedores ambulantes, muchos llevan a sus hijos a trabajar con ellos, porque no cuentan con personas o instituciones que les ayuden con sus cuidados en horas laborales.

Así sostiene Helena Sepúlveda “Yo tengo nueve hijos y briego para trabajar porque escasamente lo que nos ganamos no alcanza yo vivo en un ranchito que esta que se cae… y ellos, el señor alcalde trae a la policía un día dice una cosa hoy y mañana cambia de idea, no nos sitúan en ningún lugar, estamos bregando en plena temporada y no hay ventas y mire el atropello que hay”

A los vendedores se les ha ofrecido el alquiler  de varios locales en centros comerciales de la ciudad, como respuesta positiva por parte de la alcaldía, pero estos aseguran que el costo del arriendo es demasiado y no pueden costearlo.

“Nosotros hemos hablado con el alcalde, el nos dice una cosa, quiere que le paguemos un local de tres millones en adelante y no tenemos la plata…que  el no se da cuenta que esto es una situación que si no se logra nada la vida va a ser más difícil para todos…” Helena Sepúlveda.

Ésta situación empeora cada día, pero no es mucho lo que se puede hacer al respecto, los vendedores ambulantes siguen corriendo cada vez que llega el camión y los policías deben hacer lo que se les ordena. El alcalde en sus declaraciones dice que hace lo correcto por el bien de la ciudad y que llegará a un consenso con ellos, que deben acceder a establecerse en los lugares determinados.

Por ahora sólo queda decir: ¡Ahí viene el camión!



Videos Relacionados:



Bibliografía

(1) Tomado de: Reflexiones sobre las ventas ambulantes y estacionarias y la afectación del espacio público, ALCALDIA MAYOR DE BOGOTA, D. C.
SECRETARIA DE GOBIERNO DISTRITAL,FONDO DE VENTAS POPULARES. En línea en: http://institutodeestudiosurbanos.info/univerciudad/bajar-pdf/ventasambulantes.pdf

No hay comentarios:

Publicar un comentario